Las bajantes de un edificio son una pieza imprescindible para evitar diversas incidencias. Comentamos sus características, su importancia y cuáles son las labores de mantenimiento que alargan su funcionalidad y su vida útil.

¿Qué es una bajante?

Una tubería vertical que se instala desde la parte superior a la inferior de un edificio. A ella van a desembocar las aguas fluviales y las residuales de cada vivienda. Finalmente, el agua recogida termina en la alcantarilla instalada frente a una de las puertas del edificio.

La importancia de las bajantes en los edificios

La función principal de estas instalaciones es la de evitar que el agua de cualquier tipo se acumule en las distintas viviendas. Sin ellas sería imposible vivir en un edificio salubre y sin malos olores procedentes de las aguas residuales.

Por todo lo anterior, resulta esencial comprobar cuál es el estado de estas tuberías, especialmente si llevan décadas instaladas y han comenzado a dar síntomas de desgaste. En estos casos, las filtraciones de aguas residuales, o el atasco de la tubería, provocarían inundaciones y daños en las viviendas.

Mantenimiento y limpieza de bajantes

Son dos factores que suelen olvidarse con demasiada frecuencia, pero que deben tenerse en cuenta. Para conseguir que las bajantes funcionen correctamente, los vecinos deberían:

  • Abstenerse de tirar aceite o productos corrosivos por el desagüe. En el primer caso, la grasa del aceite puede arrastrar restos de suciedad y convertirse en un tapón. En el segundo, los elementos tóxicos, no biodegradables o colorantes pueden alterar la resistencia de la tubería. Si fuera estrictamente necesario tirar estos productos, hay que diluirlos previamente con abundante agua para minimizar los daños.
  • No emplear el váter como papelera. No es adecuado tirar a la taza compresas, toallitas higiénicas, colillas, bolsas de plástico, pañales o mechones de pelo. Todo lo anterior debe arrojarse a la basura para evitar la obstrucción del bajante. Lo contrario implica un atasco seguro a corto plazo con el consiguiente coste para todos los vecinos del edificio.
  • Encargarle el mantenimiento a una empresa especializada. Se recuerda que para que el agua fluya de manera natural es adecuado contratar a profesionales. Estos se encargarán de mantener el nivel de agua correcto en los sifones y en los sumideros. Además, podrán programar tareas de limpieza periódica, prestar un servicio de urgencia tras la menor anomalía y comprobar que la tubería funciona de forma correcta. Es habitual que se empleen cámaras para comprobar que no existe ningún obstáculo o lugares donde se acumula la suciedad. En estos casos, se apuesta por el agua a presión para eliminar el problema.

Por lo tanto, el buen funcionamiento de las bajantes depende tanto de la actitud de los vecinos como de la colaboración de los profesionales del sector. Solo así será posible proteger su estructura interna, mantener su eficacia y lograr que el agua fluya hacia la red de saneamiento público a la velocidad correcta. Esperamos haber aclarado todo lo relacionado con unas tuberías tan importantes como insustituibles para cualquier edificio de viviendas.